domingo, 19 de enero de 2014

Acá están, estos son... mis pedacitos

Me pregunto si necesitaré un psicólogo, no sé, a veces siento que no puedo sola, que no puedo con esto, aún cuando tenga un espacio como este para escribir y escribir, y vomitar toda esta angustia que me pesa demasiado, y que reduce todo mi optimismo a una cachetada fuerte que me llena de lágrimas, porque hago todo lo que tengo que hacer, mi marido también, todo lo que nos dicen que hagamos, porque confío en los médicos, en Dios, pero no alcanza, no sirve, no depende de nada de lo que hacemos. Es terrible.

Me pesa mucho esta cruz y hoy siento que no puedo cargarla. La vida, la infertilidad, no sé qué carajo, me ha quitado la fe en mi. No me parece justo y siento que me convierto, con el tiempo, en la calladita de los asados familiares (y que antes solía ser tan divertida, tan segura de sí misma, tan afortunada), en los cuales somos tíos por default y nos reducimos a dar mamaderas a los sobrinos sabiéndonos desesperados por criar a nuestros propios hijos. Ya no se trata de escaparle al dolor, porque por más de que corra la tristeza me alcanza igual.

Estoy sufriendo, y si bien puedo elegir cómo hacerlo, es muy difícil optar -siempre- por la alternativa más liviana. Sé que el motor que me llama a ser mamá suena cada vez más fuerte, como si con cada negativo ese deseo creciera en forma exponencial para llenarme de fuerza de nuevo, para poder seguir luchándola...

Este fue mi tercer ciclo con clomifeno y nada. Puede que esta droga sea "la continuación de un camino" porque sé que hay mil tratamientos diferentes y este es el "primer paso", pero créanme que el primer paso me agarra cansada. Es que estuvimos 2 años intentándolo por vías naturales sin lograrlo, con un médico PELOTUDO que me decía que era una ridícula en ponerme ansiosa porque todo estaba bien.

Y TODO NO ESTABA BIEN.
No siempre.



No sé, no sé si me llevo bien con esta droga o qué. Mis gráficas, mis tetas, mi cuerpo todo es de libro de reproducción, y no me refiero por lo aparentemente infértil... si no porque con el clomifeno (y la vitaminas que vengo tomando) se comporta maravillosamente bien. A ver, tengo calor cuando lo tomo y tal vez me duelan un poco los ovarios de más al ovular... pero en las dos veces que ovulé con ellos se confirmaron ciclos de película, en los que mi temperatura sube cuando tiene que subir y se mantiene milagrosamente alta, prolijita, hasta que baja y aparece la puta de mierda.


Pobrecita mi menstruación... No logro quererla y de pendeja jamás pensé que con el tiempo llegaría a odiarla tanto. Digamos que nunca le llevé mucho el apunte hasta ahora. Después de todo, menstruar es un símbolo de fertilidad, ¿o no?... Pero no, empiezo a verla como un fantasma, como aquella que tiene que contarme que tampoco de nuevo, no, y por duodécima octava vez NO. Y no, y listo, y jodete.


No importa lo que hagas, Victoria. No importa cuánto patalees o llores, o grites, o cuánta maca tomes, cuánto cojas, cómo lo hagas, no importa -de verdad- si estás pensando todo el tiempo en el embarazo o resulta que atravesás un momento místico y te olvidás... NO IMPORTA, porque no depende de vos, no serás madre por "querer serlo", porque en el final, final... NO es una elección tuya. Es como querer elegir morirte. O viajar en el tiempo, o no sé, querer ser un hombre, o un árbol, o que la gente que se te murió vuelva a vivir. NO. NO SE PUEDE, no es una elección tuya, porque NO TENÉS EL PODER para eso.

Lamentablemente, vuelo todo el mes creyendo que lo vamos a lograr para estrellarme contra el piso en picada y sin piedad. Duele mucho levantarse, duele mucho saber que sos infértil y que no elegiste este camino. Duele saber que alrededor hay mujeres -y muy cercanas, por cierto- que sí pueden, que son M U J E R E S con todas las letras y vos tenés una mancha que no te podés quitar, que aunque la aceptes en el fondo la desafiás creyendo que, en el final, sí lo lograrás...

En fin, el martes me voy a levantar de nuevo; rota, pero de nuevo, para ir y hacerme los hormonales... y ver qué pasó con mis hormonas este mes. También pedí la antimurellana. Dios quiera, nos ilumine, a pesar de todo, a pesar de mi bronca, de mi furia hacia la vida, hacia Él -por que sí, soy humana y en momentos como este me enojo mucho con Dios-. Que me ayude a no bajar los brazos, a creer en la adversidad, a creer en mí y en mi marido, a aceptar que no depende de nosotros y a soltar.

Dios: te regalo mi infertilidad. Desconozco en realidad sus detalles, el diagnóstico exacto, porque aprendí que en fisiología no hay matemática. Pero sé que está, porque tuve una pérdida y hace banda que no logro concebir de nuevo. Entonces, sabés, acá la tenés, tomala, llevala, porque yo no sé cómo desatarla. No sé cómo DESATAR ESOS NUDOS QUE SE ME ATRAGANTAN y no me dejan avanzar. Por favor,Virgencita. No me sueltes.

1 comentario:

  1. essuper dificil ,todo esto ,levantarse cada dia ,sacar fuerzas de donde sea, seguir luchando, no perder la esperanza, la fe ,yo solo quiero ser madre y tamb pido a Dios que me escuche, que no se olvide de mi. Animo,beso

    ResponderEliminar