viernes, 13 de diciembre de 2013

Fuerza, Vicky

Ayer maldecía en la almohada al mundo, a la vida, al por qué. ¿Por qué tengo que desear un hijo? Hay parejas que toman la decisión de no tenerlos; ¿por qué nosotros no podemos ser una de esas parejas?

Sí, ya sé. ¿Que les escapo al dolor...? Por favor, no me malinterpreten; considero que este camino hay que transitarlo como se puede, y en la técnica está la forma; las formas de caminarlo cambian (al menos a mí me pasa), hay días más felices que otros, días en los que reconozco mi fortaleza y la agradezco -porque considero que si la cruz fuera muy pesada jamás podría cargarla- y días como el de ayer, en los que maldigo al universo el dolor que tengo. 

Ayer también visité a una amiga que hace banda que no veo -vive en otro país- y que tiene una beba -HERMOSA, por cierto- de 6 meses, y me contaba que se sentía un cacho distanciada de sus más íntimas, sobre todo luego de haber sido mamá. Es que ellas, me decía, "cometieron el error" de anunciar que querían ser madres y que empezarían a buscar. "Y fijate... las dos están con problemas, no quedan, no lo logran y es como si al verla a Emma -su bebé- no estuvieran realmente contentas de verla..."


sábado, 7 de diciembre de 2013

Mi casa infértil

Qué triste. Hoy, luego de salir a almorzar con mi marido, por primera vez vi a mi casa -que amo y que construí con mi amorcete paso a paso y con mucho esfuerzo- como una casa muerta. Una casa en la que vive una pareja infértil.

A ver, hace banda que sé que soy infértil, pero hay días en los que la infertilidad se nota más... No sé, es como cuando alguien muere. Pasan los años y hay meses que sentís que esa persona falleció ayer; y hay otros, en los que te parece que se murió hace años. ¿Nunca te pasó?

Lo cursioso y lo que me recuerda la infertilidad es que el tiempo del duelo no es cronológico. No importa ya mucho hace cuánto que busco ser mamá y no lo logro... Porque basta que un día entre a mi casa y la infertilidad de repente me aplaste, o me parezca algo reciente, algo que no sabía que tenía.

Así somos nosotros. Mi marido y yo.  Actitud 100% verosímil.

Ayer fuimos a cenar a lo de mi cuñado y su mujer, nos recibieron con una picada riquíiiiiiiiiiisima. Ellos también tienen problemas para concebir, Nanu viene de perder dos embarazos en la semana 5/6 en una búsqueda que le lleva más de un año y medio más o menos. Luego de la cena y una vez en la cocina, le pregunté cómo llevaba su infertilidad y me contó que -lo mismo que siento yo y probablemente ustedes del otro lado del monitor- a veces es terrible, otras no tanto, otras más terrible que las que parecían durísimas, etc. Y me contó que estaba haciéndose análisis, que mi cuñado tiene un esperma medio debilucho y que lo pusieron a tomar vitaminas (luego de tomarlas un mes y medio parece que funcionó porque quedaron embarazados pero ella lo perdió a las pocas semanas), que ella tendría algún problema de coagulación; que, contrariamente a la trombofilia, le costaría o tardaría más en coagular... y por primera vez habló de inseminación artificial; "Vicky, no me importa, estoy harta y no quiero volver a pasar por algo así; si tiene que ser intervención que sea. Si tengo que tomar hormonas, que sea. Pero yo quiero quedarme embarazada". 


jueves, 5 de diciembre de 2013

¡¡¡Venceré!!!

¿Desde dónde te miro, infertilidad? ¿Cómo es que puedo mirarte un día con bronca, otro con tristeza, otros días con humor... y otros, si los hay, con cierta aceptación?

FUERZA


Sepan que para mí, resignarse no es lo mismo que aceptarse. Yo jamás me resignaré al hecho de no buscar tener un hijo. Jamás. Pero, en esta búsqueda de nuestro sueño, con mi marido nos miramos y aprendemos, con cada ciclo, a aceptar que nos cuesta y que, después de todo, no somos tan fértiles como creíamos. Jamás, en toda mi existencia -hasta mis 29 años, ¡¡claro!!- imaginé que no podría tener hijos; ¡ridículo! No me filmé en esa película. A ver, digamos que siempre, pero siempre pensé que los tendría. Con decirles que nunca supe en qué día del ciclo ovulaba, los días fértiles eran lo mismo porque cualquiera podría ser, digamos que ¡ni me importaba! Más bien siempre pensé que esto del ciclo menstrual "es del cuerpo", es cuestión de abrir las gambas y pasarla bien... Y listo, ¡embarazada!

ja ja ja

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Monótona, ¿yo?

Después de empezar a acostumbrarme a la idea de que en fertilidad 2+2 es 70 (o que milagrosamente podría llegar a ser 4), activé el Twitter de Claudia y me emocioné al recibir un mensaje privado de un hombre que no conozco -sí, de un marido y actual padre de Pedro, que luego de muchos intentos y tratamientos me contaba que su mujer dio a luz a su adorado y esperado hijo- alentador, que me animaba a no bajar los brazos, a decirme que LUCHE POR ESTE SUEÑO Y QUE JAMÁS, pero jamás, baje los brazos.


Walt Disney (GENIO)


Gracias desde acá a Héctor y también a tod@s los usuarios que solidariamente me han dado un "follow back", porque anoche experimenté la maravillosa sensación de no sentirme sola o tan extraña en un círculo familiar y de amistad en el que, por supuesto, la fertilidad abunda -o es un tabú, una mancha extraña que no se admite porque vamos, que todos nacemos con el chip de que algún día nos reproduciremos- y, lógicamente, no comprende el camino montañoso que una transita. Sé que lo intentan. Pero no podrán jamás dimensionarlo (¡y eso es tan injusto para los que lo sufrimos!). Cada dolor es privado, sea cual sea. Hoy me toca lidiar con la infertilidad, pero una mira hacia fuera y si quiere ver objetivamente la vida, verá que hay gente que la tiene negra.

Volviendo al tema de este blog, amanecí leyendo esta nota que BabyCenter publicó escrita por Noemí (en Twitter, @semepasaelarroz), otra luchadora nata en esta búsqueda de parir hijos. Noemí, te admiro. A ti y a tod@s los que estamos en este camino de lucha, es imposible caminar a solas. Además, decirte que me río mucho con tus publicaciones y desde aquí, sin conocernos personalmente, te felicito y pido a Dios que te bendiga en tu merecido embarazo.

Es que todas las que estamos en esta tertulia merecemos ser madres. Yo al menos, lo necesito. No sé, viene conmigo, está en mi ADN. Entonces, ¿cómo es posible que la genética resulte tan contradictoria? A ver, si este deseo ardoroso me viene tatuado, es de fábrica; ¿qué catso de mis mitocondrias no coinciden con este sueño que se interna cada vez más en las víceras con cada negativo, con cada ciclo anovulatorio...?

martes, 3 de diciembre de 2013

¿2+2...? ¡5! ¡Coooorrecto!

Una de las cosas que voy aprendiendo en este camino tan larrrrgo es que en fertilidad -como en la vida misma, joder- 2+2 no siempre es 4. Considero que nuestro precioso cuerpo es algo tan pero tan complejo, tan sensible y cambiante, que en biología, decía mi viejo, no hay matemática. Aunque, por supuesto, los indicadores madre sean cruciales para saber dónde estamos parados.

Caso de Vicky 1:

En teoría, y de acuerdo a mis últimos antecedentes hormonales, no estaría ovulando todos los meses. Por ende, las chances de concebir se me reducen considerablemente. Aunque ojo, todo es posible. Acá van los valores que tildaban de invertidos y que, por eso, vuelven a la mayoría de mis ciclos "ficticios" (reduciéndolos a endometrios débiles que claramente no crecen porque, dale, no ovulo. SIN EMBARGO, recibo a la de vestido colorado todos los meses y parece que le caigo bien, porque se me instala casi una semana):

FSH 4.11 vs LH 5.35 (en día 3 del ciclo).
Todo los demás (léase progesterona, prolactina, valores tiroideos, estradiol OK)

Bajo indicación médica, probamos con citrato de clomifeno -antiestrógeno que "engaña" al cuerpo diciéndole que no hay suficiente estradiol en sangre, entonces, el hipotálamo produce más FSH para estimular la producción de folículos (sí, creo que podría dar una ponencia sobre el tema)- y luego de una dosis más alta que la inicial (de 100 mg del 5 al 9 del ciclo), Vicky logró un PRECIOSO FOLÍCULO de 19 mm un día 12 :) Lo pincharon con Gonacor 10.000 y confirmaron mi primera ovulación en tres meses de estudio. Para mí fue un gran logro.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Había una vez... mi camino


“Dejamos de cuidarnos” allá, por agosto de 2011. Convencida, además, de que esto del embarazo sería un trámite. Qué ilusa. Vengo de muchos años de noviazgo, de cuidarme con una exageración casi enferma… Y heme aquí. Vacía, vacía. ¿Cómo puede ser que haya mujeres que se embaracen del aire?

Pasaron los meses, un año, seis meses más, y empecé a desesperar. Me atendía con mi gineco y obstetra de siempre, que nos pedía que “nos relajáramos”, que “era la cabeza” y otras pelotudeces por el estilo. A los ocho, nueve meses de búsqueda, el mismo médico me indicó hormonales, progesterona, histero y un cultivo. Y a mi maridito, espermograma completo (Kruger y otras yerbas). “Todo está bien, están los dos perfectos y no hay razón para que no queden embarazados”. Ajá… Ok, nos fuimos, aliviados, seguimos divirtiéndonos y a fin de año colgamos la sotana de la ansiedad prometiéndonos liberar –de verdad- la cabeza, cerrar los foros, dejar de buscarlo o buscarla porque todo estaba bien y no dependía de nosotros. 


Hola, ¡bienvenid@s al cacareo!

He aquí, me presento.

Me dicen Vicky, por más de que Claudia Zetara firme todas las publicaciones. Claudia es un personaje ficticio. Por qué la creé, preguntarán... un poco por timidez, otro poco por vergüenza, y otro poco por falta de valor. No estoy preparada para ser infértil. ¿Quién lo está? Y mucho menos, para gritarlo a los cuatro vientos. Más allá de mi orgullo lastimado, reconozco que tampoco me divierte mucho esto de ser la femme-infértil-pública del planeta. No sé, tengo un costado tal vez un cacho más reservado. Que Claudia se lleve las flores. O las piñas.

Luego de años de búsqueda, después de releer y leer blogs y blogs de grandes blogueras sobre infertilidad, decidí abrir el mío. ¿Y por qué no? Después de todo, hace muchos meses que vengo escribiendo y escribiendo en la soledad de ese escritorio de mi casa -que no llega nunca a convertirse en la habitación del bebé-, en formato Word, para dentro, para mi sola.

Este es un blog para valientes. Y no tanto.



*Cacarear en glosario de jergas y modismos de Argentina:
(pop.) Charlatanear (LCV.), compadrear (LCV.), alardear, fanfarronear, jactarse, presumir/ gritar/ protestar. (inf.) hacer caca; defecar.


Este blog es para cacarear, para gritar la infertilidad (o gritarle a ella también, por qué no) y, sobre todo, hacerle frente. Desde donde puedo, como puedo, como me sale. Con todas las emociones que tengo, incluida la garganta, con la mente pero también con el corazón.

Y aquí vamos.