jueves, 5 de diciembre de 2013

¡¡¡Venceré!!!

¿Desde dónde te miro, infertilidad? ¿Cómo es que puedo mirarte un día con bronca, otro con tristeza, otros días con humor... y otros, si los hay, con cierta aceptación?

FUERZA


Sepan que para mí, resignarse no es lo mismo que aceptarse. Yo jamás me resignaré al hecho de no buscar tener un hijo. Jamás. Pero, en esta búsqueda de nuestro sueño, con mi marido nos miramos y aprendemos, con cada ciclo, a aceptar que nos cuesta y que, después de todo, no somos tan fértiles como creíamos. Jamás, en toda mi existencia -hasta mis 29 años, ¡¡claro!!- imaginé que no podría tener hijos; ¡ridículo! No me filmé en esa película. A ver, digamos que siempre, pero siempre pensé que los tendría. Con decirles que nunca supe en qué día del ciclo ovulaba, los días fértiles eran lo mismo porque cualquiera podría ser, digamos que ¡ni me importaba! Más bien siempre pensé que esto del ciclo menstrual "es del cuerpo", es cuestión de abrir las gambas y pasarla bien... Y listo, ¡embarazada!

ja ja ja


Ayyy, ¡¡¡las ganas que me dan de sopapearme cada vez que me acuerdo de lo internalizado que tenía esto de, "tenés relaciones sin protección, preñada seguro"!!!! ¡¡¡Qué pedazo de enclenque!!! La primera vez que tuvimos relaciones sin cuidarnos, decididos a buscar a nuestro precioso y amado bebé, recuerdo que hasta me tocaba la panza horas después y me miraba en el espejo sonriendo levemente y sintiendo un calor especial (WTF?) y pensaba "ay, sí, seguro que ya estás conmigo". 

ja ja ja

¡Esta búsqueda está llena de túneles! ¡Este camino está lleno de curvas! ¡La vida es injusta! Sí, la vida es injusta. ¿Y qué?  Sí, está lleno de curvas y a veces está archi requetecontra oscuro. Pero no me resigno; de acuerdo, acepto que está bien crudo ahí afuera pero yo sé que vas a llegar. Pero también sé -y parece- que sólo en la adversidad soy capaz de desafiar mis límites. 

¿Y sabés, qué infertilidad...? Me cago, te hago frente y no me rindo. En la adversidad, ¡¡¡¡te voy a vencer!!! Y no sólo eso, ¡sino que además saldré más fuerte que antes! Así, rugiendo como este tigre. ¡¡¡Porque de oveja a tigresa me vas a tener!!! 



Es que, ser madre es un deseo va más allá de mi genética. Lo lamento. Las que le metemos garra, pila, OVARIOS y, sobre todo, las que miramos -o aprendemos a los golpes a mirar- siempre el vaso medio lleno, aún en momentos difíciles, son las que logramos, al final, cambiar nuestro destino. Entonces, al carajo. 

¿Y si te dicen que es imposible? 

Es divertido hacer lo imposible. 

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