Una de las cosas que voy aprendiendo en este camino tan larrrrgo es que en fertilidad -como en la vida misma, joder- 2+2 no siempre es 4. Considero que nuestro precioso cuerpo es algo tan pero tan complejo, tan sensible y cambiante, que en biología, decía mi viejo, no hay matemática. Aunque, por supuesto, los indicadores madre sean cruciales para saber dónde estamos parados.
Caso de Vicky 1:
En teoría, y de acuerdo a mis últimos antecedentes hormonales, no estaría ovulando todos los meses. Por ende, las chances de concebir se me reducen considerablemente. Aunque ojo, todo es posible. Acá van los valores que tildaban de invertidos y que, por eso, vuelven a la mayoría de mis ciclos "ficticios" (reduciéndolos a endometrios débiles que claramente no crecen porque, dale, no ovulo. SIN EMBARGO, recibo a la de vestido colorado todos los meses y parece que le caigo bien, porque se me instala casi una semana):
FSH 4.11 vs LH 5.35 (en día 3 del ciclo).
Todo los demás (léase progesterona, prolactina, valores tiroideos, estradiol OK)
Bajo indicación médica, probamos con citrato de clomifeno -antiestrógeno que "engaña" al cuerpo diciéndole que no hay suficiente estradiol en sangre, entonces, el hipotálamo produce más FSH para estimular la producción de folículos (sí, creo que podría dar una ponencia sobre el tema)- y luego de una dosis más alta que la inicial (de 100 mg del 5 al 9 del ciclo), Vicky logró un PRECIOSO FOLÍCULO de 19 mm un día 12 :) Lo pincharon con Gonacor 10.000 y confirmaron mi primera ovulación en tres meses de estudio. Para mí fue un gran logro.
Claro que no quedé embarazada, ¡si no estaría publicando cacareos de mi embarazo primerizo! Jeje.
Algo importante; el clomifeno, si bien logró que ovulara, me secó como pasa de uva. El médico me comentó que esto puede pasarle a algunas mujeres (no a todas) pero que como estamos yendo despacio y viendo cómo reacciona mi cuerpo, es bueno anotar todo. A pesar de no haber logrado concebir con la primera ovulación lograda gracias al clomifeno, el doctor me repitió hormonales, chequeó que no hubieran quistes residuales... y todo ok. De hecho, nos sorprendió ver mi analítica actual:
FSH 6.63 vs LH 4.58 (en día 3 del ciclo).
Todo los demás (léase progesterona, prolactina, valores tiroideos, estradiol OK)
Agradecí al universo -y sigo agradeciendo- que los valores se hayan normalizado, que la LH después de tantos resultados invertidos haya dado más baja que la FSH y que, sobre todo, haya bajado con respecto a valores anteriores. Ese día, disfrutamos de una pequeña felicidad. De una sensación de justicia extraña y que repito, cuidé muy bien de saborear porque mañana no se sabe qué carajo te embute la vida. Entonces, compramos unas cervecitas con mi marido y festejamos.
El médico se jugó a no medicarme de nuevo para ver si, con los valores normalizados, ovulaba solita. Por supuesto que me tengo una fe gigante -es que cuando sos medio o muy infértil necesitás sacarla de lo más profundo de la tierra-. Pero, haciendo alud al título de esta publicación, en mi caso, 2+2 no fue 4. "No veo nada, Vicky. En el ovario izquierdo hay algunos en marcha pero están chiquitos para el día 12, y tu endometrio es apenas de 5 mm... No creo que ovules este mes, tendremos que volver al clomifeno".
LA MONTAÑA ME APLASTÓ. Salí del consultorio arrastrándome por el centro, preguntándome en forma retórica "¿Pero cómo? Si mi analítica por fin se normalizó, ¿qué es lo que pasa? ¿Qué tiene mi genética que no logro fabricar un óvulo fuerte aún con un hormonal de película? Si hay alguien que tenga alguna hipótesis por favor indíquela en los comentarios, que será de gran ayuda para mí.
Para concluir, 2+2 no es 4. Pero a veces sí lo es... Lo más confuso -o esperanzador- que tiene la biología humana es el cambio. Hoy estamos, mañana no. Hoy parece que el mundo te aplasta, pero mañana resulta que no, que hay un sol tan fuerte que te ciega al caminar. "Que el árbol no te impida ver el resto de bosque". Linda frase para quedarme con el 2+2=5.
Porque posta que todo puede pasar. (¿No es genial?)
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