lunes, 2 de diciembre de 2013

Hola, ¡bienvenid@s al cacareo!

He aquí, me presento.

Me dicen Vicky, por más de que Claudia Zetara firme todas las publicaciones. Claudia es un personaje ficticio. Por qué la creé, preguntarán... un poco por timidez, otro poco por vergüenza, y otro poco por falta de valor. No estoy preparada para ser infértil. ¿Quién lo está? Y mucho menos, para gritarlo a los cuatro vientos. Más allá de mi orgullo lastimado, reconozco que tampoco me divierte mucho esto de ser la femme-infértil-pública del planeta. No sé, tengo un costado tal vez un cacho más reservado. Que Claudia se lleve las flores. O las piñas.

Luego de años de búsqueda, después de releer y leer blogs y blogs de grandes blogueras sobre infertilidad, decidí abrir el mío. ¿Y por qué no? Después de todo, hace muchos meses que vengo escribiendo y escribiendo en la soledad de ese escritorio de mi casa -que no llega nunca a convertirse en la habitación del bebé-, en formato Word, para dentro, para mi sola.



Salir a Google y ver cuántas personas pasan por algo similar, o por lo mismo, o bien por una búsqueda que les lleva años pero que finalmente encuentran, me alienta a compartir también mi camino porque, después de todo, de eso se trata: la infertilidad se va metiendo despacito en la vida de una, de su marido, de la casa misma, de la cama, no sé... Y de repente, con una cara de monstruo irónico te mira y te dice: Hola, bonita, ¡acá estoy! ¿¡Cómo es que no me viste llegar antes!? Y vos, con tu cara de ensalada le decís que se equivocó de recámara y que debe retirarse. Pero no; Dios -o la vida, o acaso la genética- te concederá el precioso milagro de tu vida a costas de poder darle vida a los demás. Pero esperen, che. Que nada es en vano, que Dios no juega a los dados y que los milagros existen. ¡Y PUTA QUE SÍ EXISTEN!

El secreto está, sin lugar a dudas, en descubrir qué carajo tengo que hacer con todo esto que me pasa y que, claramente, no elegí. Ese es el desafío de cualquier ser terrestre en el planeta mientras pulule en la existencia: aprender a vivir. Y les digo, por supuesto que sé que toda esta "cacareada" no me hará más fértil, pero sin dudas me hará más fértil de cabeza, de espíritu y, sobre todo, de corazón. ¿Quién carajo quiere -o mejor dicho, quién carajo le creé- a la biología? En fertilidad, y ustedes lo deben saber, 2+2 NO SIEMPRE ES 4.

Hay personas, doy fe, que tienen todo en contra para lograr embarazarse; y se embarazan. Y hay otras, etiquetados con la fucking "ESCA" que lo intentan, tienen todo para triunfar, pero no. Se demoran. O lo que les resulta frustrante: no lo logran.

Ustedes, personas de bien que sufren la infertilidad, sepan algo muy pero muy importante que, a veces, entre tanto dolor y angustia, olvidan: no es tu culpa. No es mi culpa. No es la culpa de mi precioso marido. Las cosas, como todo en la vida, simplemente ocurren. Una cree muchas veces que va viviendo y eligiendo, tomando decisiones súper mega archi importantes. Hasta que la vida, hermosa por supuesto, se ocupa de cachetearte o bien de cacarearte un poquito en la jeta: no flaca, a ver, vos proponés pero la elección me la dejás a mí.

¿Cuántas veces uno cree y firma porque sabe, UNO SABE, lo que necesita en la vida? No pretendo hacer de este espacio un melodrama novelesco ni mucho menos teatro de autoayuda; pero créanme que después de dos años (¿y medio?, mah, sí, dos o tres ya es lo mismo) de búsqueda la vista se te vuelve bien pero bien gorda; quiero decir que el refugio, ese paraíso terrenal del sueño de tener panza y parir bebés empieza a alejarse cada vez más, y más, para que aprendás a ver toooooooooodo el bosque que te falta recorrer.

Aclaración importante antes de seguir escribiendo en este blog: no pretendo dar cátedra de nada. Todo lo que escribo son experiencias personales pero públicas. Sé que cada dolor es privado y que cada una de ustedes -o cada pareja- tiene su historia personal, con sus sinuosidades, angustias y esperas remotas. Acá estoy para cacarear lo que vivo; sea bueno o no tanto.

Además, ningún camino de obstáculos se camina a solas. Es imposible. Por eso, ¡bienvenid@s aquellos cacareos compartidos! 

2 comentarios:

  1. Hola Vicky/Claudia, gracias por esta publicación. Es verdad eso que comentás, lo de los caminos... Te dejo un beso grande guapa, seguiré leyéndote. Y buen año nuevo, ojalá que con sorpresas para las que venimos hace tiempo, como tú y yo, en este largo aprendizaje.

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  2. Hola Bea! Gracias por pasarte por el blog, es un pequeño espacio para gritar DESAFORADAMENTE. Por supuesto que estás invitada a gritar conmigo también ;) Espero leerte de nuevo. Saludos y buen año!

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